miércoles, 14 de febrero de 2018

COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO "DOS ESPAÑAS", de Elvira Lindo. Publicado en EL PAÍS en octubre de 2011


Comentario realizado por Nuria Sánchez, 2º de bachillerato del IES CARLES SALVADOR, de Aldaia.

A continuación del comentario está el texto periodístico.


COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO “DOS ESPAÑAS”.                          

        
El texto “Dos Españas”, de Elvira Lindo, es un artículo de opinión perteneciente al ámbito periodístico. En concreto se trata de un texto expositivo argumentativo, aunque difiere de su habitual estructura interna. Su estructura formal consta de 3 párrafos. A continuación, expondré la relación entre ambas.
Como se ha dicho previamente, este texto no presenta la típica estructura tripartita. En él se utilizan los dos primeros párrafos y parte del tercero, desde la línea 1 hasta la 22, para exponer una situación. Sin embargo, a lo largo de esta exposición se presentan argumentos de datos a favor o en contra de quien se habla. De este modo disfraza su opinión con una aparente objetividad. En el primer párrafo se cuenta cómo Guerri ha obtenido un premio en el extranjero por su gran labor de investigación. En el segundo párrafo se sigue contando la historia de Guerri, la dedicación laboral y financiera de la investigadora. Y en las últimas líneas de esta exposición se habla de la avergonzante actuación de Amorós que contrasta con la de Guerri.
Por último, en las líneas 22,23 y 24 se halla la conclusión. En ella se hace explicita la opinión de la autora, pues es donde se encuentra la tesis que se podría enunciar cómo: “Qué vergonzoso es el hecho de que gente corrupta corruptos esté despilfarrando dinero, mientras que los investigadores van en busca de recursos para poder seguir adelante con sus estudios”. Al encontrarse la tesis al final del texto se define una estructura ,
Por otro lado , el tema del texto se podría formular cómo: “Crítica ante la desigualdad entre los grandes corruptos y los autofinanciados científicos”.
 Y el resumen seria: La bioquímica Guerri lleva 30 años estudiando los efectos del alcohol, investigación que le ha llevado a recibir un merecido premio, pues para poder llevar a cabo sus largos, y no siempre fructíferos, experimentos, dona el dinero obtenido en conferencias y premios. Esto contrasta con la vida de gente como Amorós, que se atribuye exorbitados sueldos obtenidos a través de varias trampas, y al mismo tiempo lee cmo científicos reconocidos sufren para seguir adelante sin avergonzarse. 






En el Instituto Príncipe Felipe de Valencia trabaja la bioquímica Consuelo Guerri. La señora Guerri lleva 30 años investigando sobre las consecuencias que tiene el alcohol sobre el cerebro, no solo en el de un consumidor adulto sino en un cerebro en formación, como el del feto. La señora Guerri recibió hace unos días el premio alemán Manfred Lautenschläger en reconocimiento a una labor brillante que ya ha dado reconocidos frutos.
Alguien, no ella, informó de que la investigadora había decidido donar los 25.000 euros de dotación del premio a su propio laboratorio, a fin de poder seguir contando con el equipo de becarios sin cuya asistencia sería imposible continuar con un proyecto del que no se obtienen resultados de un día para otro. La ciencia es lenta. Precisa de gente entregada y paciente, porque hay experimentos a los que se dedica mucho tiempo y no dan el resultado anhelado. Hemos sabido también que no es la primera vez que esta mujer de 60 años ha donado dinero para su laboratorio. En ocasiones, los 3.000 euros que ha ganado por impartir una conferencia los ha destinado directamente a material de trabajo. Guerri, sin echarse flores, sincera y parca, ha dicho que un año de parón en un proyecto puede provocar un retraso de 10 años a nivel científico.
María Dolores Amorós ha sido directora general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Los que la conocen no le conceden excesiva personalidad a su gestión, salvo en el detalle significativo de haberse mantenido fiel al historial de irregularidades, trampas y despilfarro de sus antecesores, y de haberse atribuido un sueldo de 600.000 euros al año y una pensión vitalicia de 370.000. Ni a ella ni a los otros se les conocen intentos de renunciar a ese capital. Tampoco se sabe si no se les cae la cara de vergüenza cuando leen una historia como la de Consuelo Guerri.

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