lunes, 27 de febrero de 2017

COMENTARIO DEL TEXTO "ESE TENORIO MACHISTA", de Arturo Pérez Reverte

lunes, 25 de noviembre de 2013

Ese Tenorio machista


En blogs interneteros y sitios así, algunas militantes de la rama ultrarradical feminazi -no mezclar ni agitar con las feministas respetables, cultas, razonables, de infantería- echan espumarajos de indignación porque, en este noviembre que ya fenece, ha vuelto a representarse el tradicional Don Juan Tenorio en algunos teatros españoles. Argumentan las individuas que la famosa obra teatral de Zorrilla está protagonizada por un chulo machista y violento, un misógino desalmado que medra con la mentira, el engaño y la seducción de mujeres desvalidas; y cuya alma, para más Inri, acaba salvándose in artículo mortis gracias al amor puro y los buenos oficios de la dulce e inocente doña Inés. O sea, que ni siquiera el desenlace proporciona a la espectadora concienciada el consuelo final de ver al infame seductor ardiendo en los infiernos. 

Recomiendan las antedichas radicalfeminatas, con esa deslumbrante facilidad para la simpleza sin complejos que a algunas de ellas adorna, que el Tenorio -«Pesadilla recurrente», lo llaman- no se vuelva a representar en jamás de los jamases. «El personaje es machista hasta el ridículo», afirma por escrito una de ellas, añadiendo -con cierta dislexia sintáctica, dicho sea de paso-: «Es el prototipo de aquello que buena parte de la ciudadanía queremos erradicar: la actitud chulesca, el desprecio a las mujeres, la exaltación de algo a lo que llaman amor hasta la muerte... Forma parte de una tradición que habría que desterrar de una vez por todas»

Uno, modestamente, conoce un poco el Tenorio. Desde niño. Entre otras cosas, porque mi abuela materna -a la que ninguna feminista de hoy podría dar clases de lucidez, cultura e independencia personal e intelectual- me lo recitaba a menudo, pues lo sabía de memoria, como casi toda la gente educada de su generación. Después, que yo recuerde, lo he visto innumerables veces, tanto en el añorado Estudio 1 de la tele como a lo vivo en teatros, representado por Armando Calvo, Fernando Guillén, Sancho Gracia, Juan Diego y otros -todos, en realidad- grandes actores de cada momento, con mujeres extraordinarias como Gemma Cuervo, Emma Cohen o Concha Velasco dándoles la réplica en el papel de doña Inés. Quiero decir con esto que llevo cincuenta años de mi vida oyendo decir«Cuán gritan esos malditos», y algo me suena su materia: la ironía, la vanidad, la vileza, el orgullo, la culpa, el castigo, la redención, el honor ridículo y trasnochado. También, claro, los estereotipados personajes, la imperfección del verso, los ripios infames, lo antipático del protagonista y sus amigos. Esa clase de cosas. Y sobre todo, la certeza absoluta de que en esa obra teatral a menudo torpe, tópica de sí misma, late también algo genial que la hizo famosa y que todavía hoy le permite, ante cualquier clase de público, subyugar y divertir como pocas. La inmensa intuición dramática de Zorrilla, el instinto narrativo que circula bajo la piel de cada torpe y facilón verso delTenorio, lo convirtieron en la obra de teatro más conocida y representada en la historia del teatro español. Un clásico indiscutible, incluso a pesar suyo. Historia inmortal de la escena dramática. 

No hay nada más estúpido que mirar el pasado sólo con los exclusivos ojos del presente. Don Juan Tenorio, que recogió eficazmente una tradición literaria clásica, poniéndola al día con un deslumbrante barniz de romanticismo populista para el gran público del siglo XIX, debe ser vista como lo que es, o fue, y disfrutada en su contexto. Ya no existen donjuanes a lo Zorrilla, por fortuna hasta para ellos mismos, porque son, efectivamente, ridículos. Y eso es lo que hace aún más interesante comprobar, en el teatro o fuera de él, cómo esos personajes eran vistos en el pasado. Ésa es, creo, la única forma de encarar con criterio lúcido los cambios necesarios del presente: desde un punto de vista culto, conocedor del asunto, y no desde clichés fáciles y lugares comunes que apenas disimulan la ignorancia y la indigencia intelectual de quienes tras ellos se escudan. Pretender que se proscriba el Tenorio por machista es como pedir que, por el mismo motivo, se proscriban el tango, la copla, el corrido o el bolero. Por las mismas imbéciles razones habría que desterrar de la vida, la educación y la cultura, entre otras muchas cosas, gran parte del teatro y la poesía españoles del Siglo de Oro, los dramas románticos o el teatro y las novelas de Jardiel Poncela. Por ejemplo. Y tampoco el Quijote se libraría del expurgo. Ni, por supuesto, la poesía extraordinaria, crisol fascinante de la lengua española, de aquel despiadado y genial misógino que fue don Francisco de Quevedo. 

24 de noviembre de 2013 





COMENTARIO DE TEXTO:
El texto que vamos  a comentar titulado “Tenorio machista” pertenece  al ámbito periodístico. Se trata de un artículo de opinión en el que Arturo Pérez Reverte da a conocer su punto de vista sobre algunas cuestiones relacionadas con la obra  Don Juan Tenorio. 
El tema de dicho artículo periodístico es una crítica a la intransigencia de ciertos grupos feministas respecto a  algunas obras literarias como el Tenorio.
El tema ya señalado se organiza en el texto según la estructura típica de los textos argumentativos y de la mayoría de los artículos de opinión que suelen aparecer publicados en los periódicos:
- Introducción que abarca el primer párrafo ,en el que el autor señala el tema que va a tratar en el artículo, adelantando a menudo su punto de vista y su opinión, en el que Arturo Pérez presenta una clara crítica a las feministas introduciendo así la obra de Don Juan Tenorio.
-Las 18 líneas consecutivas constituirán el desarrollo, una secuencia predominantemente argumentativa en la que alegan variadas razones para validar la tesis definida por el autor.
En primer lugar defiende que pese algunas características negativas, el Tenorio es un clásico indiscutible y para validar esta idea utiliza dos tipos de argumentos, por una parte la experiencia personal en la que nombra a su abuela: ”..mi abuela materna me los recitaba a menudo, pues lo sabía de memoria..” y a continuación un argumento de ejemplificación: “el orgullo, la vanidad, imperfecciones del verso, ripios infames..” varios adjetivos tanto positivos como negativos. 
-Y finalmente la conclusión que abarca el último párrafo en el que el autor cierra el artículo con una idea o argumento que sirve de conclusión o tesis final del artículo y nos da a entender que hay que ver la obra en su contexto . Es absurdo eliminar una obra por su contenido, ya que por las mismas razones habría que eliminar también el Quijote la poesía maldita..; todos estos ejemplos los utiliza el autor como argumento de ejemplificacion para reforzar la idea final, la tesis. 

Con respecto al tipo de organización estructural nos inclinamos por un esquema sintetizante, mediante el cual el autor presenta en primer lugar el tema para aportar con posterioridad una serie de argumentos que generan una conclusión final identificada como la tesis o idea principal. Dicho texto se estructura externamente en un título formado por un sintagma nominal y consta de 35 líneas ordenadas en tres párrafos de extensión variable.

El resumen podría basarse en las siguientes ideas: 

Hay mujeres que se quejan o critican la representación de Don Juan Tenorio porque lo consideran machista y por este motivo tratan de conseguir que se suspendan las representaciones de dicha obra . Sin embargo y pese a algunas características negativas, el Tenorio sigue siendo un clásico indiscutible. Hay que entender la obra en su contexto porque resulta absurdo querer eliminar una obra por su contenido machista, puesto que la historia de la cultura está llena de ideas y pensamientos semejantes que tuvieron su vigencia en el momento de su composición.

MODALIZACIÓN:
La presencia de la primera persona ,tanto del singular como del plural, predomina a lo largo de todo el texto dado que no sólo se nos presenta la opinión del autor, sino que además lo hace partiendo de su propia experiencia personal: “lo sabía, recuerdo, he visto..” .Es llamativa también la repetición de pronombres y desinencias verbales: "mi, me, yo, he...” , sobre todo a lo largo del segundo párrafo para enfatizar que es su postura de la que habla, así también como pronombres relativos: “mi abuela, te suena..”  lo que claramente indica el predominio de la función emotiva en el texto.

Otros recursos para marcar la modalización son:
El uso de vocabulario valorativo: en el texto encontramos sustantivos como: ”la vanidad, la vileza, espumarajos..”. 
Cabe destacar que el texto presenta cierta ironía de fondo que se evidencia en expresiones como: “ no mezclar con las feministas responsables, cultas, razonables, de infantería...”. Junto a esta ironía subyacente, el autor utiliza una comparación en la línea 2: “echando espumarajos por la boca”. Es frecuente el cambio de registro como por ejemplo: “en jamás de los jamases” para destacar el sentido de la expresión.
Por último, la utilización de marcas tipográficas "< >" Y la cita de obras “Tenorio”, “Quijote” como mecanismo para remarcar o matizar algunas ideas.
Una vez analizado el texto podemos concluir que se trata de un texto muy modalizado, en el que la presencia del emisor se manifiesta a lo largo de todo el artículo. 

OPINIÓN PERSONAL:
En el siguiente artículo de opinión Arturo Pérez expone su opinión que es una clara crítica a las feministas y al mismo tiempo una “defensa” a la obra de Juan Tenorio criticada por las feministas por su contenido machista. Lo que el autor nos intenta transmitir es que eliminar una obra únicamente por su contenido machista resulta absurdo ya que la historia de la cultura está llena de cosas semejantes. Se puede observar fácilmente la postura del autor y su opinión ya que a pesar de ser un artículo de opinión, está muy modalizado lo que nos lleva a entender que el autor y su pensamiento están muy presente durante todo el texto; estas ideas son reforzadas por unos cuantos argumentos, como por ejemplo de experiencia personal y ejemplificación lo que refuerza y valida más la tesis expuesta.
La presencia de la ironía también tiene un papel relevante en el texto.
El tema expuesto no es de gran interés general; en mi opinión pueden existir distintas visiones y puntos de vista sobre una obra cualquiera y todas tienen que ser respetadas, al fin y al cabo sigue siendo una opinión y todos tenemos derecho a expresarla. Lo que me parece interesante, ya que hablamos de derecho de expresión, es que hace muchos años se castigaba por pena de muerte a aquellas personas que opinaban o tenían su propio punto de vista;por ejemplo, a los grandes autores que se les prohibían sus libros por contener contenidos que iban en contra de lo dictado o establecido. No podemos decir que actualmente no se sigue dando, pero la pregunta es: si tu libertad de expresión acaba cuando empieza la del otro, entonces la libertad es limitada y por consiguiente ya no se considera libertad, ¿no?. En cuanto al contenido del “Tenorio” y como dice Arturo Pérez, hay que entender las obras por su contexto y no por su contenido, porque el contexto o la época en la que se escribió dicha obra o cualquiera, no es la de hoy en día. Cada época tiene su ideología y todo está en continua evolución.