ADECUACIÓN
EN “DEFECTILLOS”, de Isabel Vicente
La
adecuación es la propiedad del texto por la que este se adapta a la
situación comunicativa.
El
presente texto se enmarca dentro del ámbito
periodístico y, dentro de este, pertenece a un género de opinión,
el artículo de opinión, pues tiene como finalidad
persuadir al lector para que comparta su tesis, es decir,
exhortarlo a abandonar/parar a aquellos que convierten a las mujeres
en víctimas de sus “defectillos”. Para
ello, el texto presenta una tipología
textual expositivo-argumentativa, con
claro predominio de esta última, pues solo
aparecen rasgos expositivos en las 5 primeras líneas, donde, con un
tono desenfadado, la autora recoge los resultados de una encuesta
realizada. Posteriormente, a través de una serie de reflexiones y
ejemplos, aparece la argumentación, en la que se realiza una
reflexión que conduce a la tesis del texto. En
clara relación con ello, se observan las siguientes funciones
del lenguaje:
En
primer lugar, la función referencial, que
trata de mostrarnos datos de la realidad (ejm: “Leía el otro
día…”, línea 1)
En
segundo lugar, también hay claras muestras de la función
expresiva, con la que la autora manifiesta su opinión y
valoraciones: “…aquí no cambia nada. Solo se empeora” línea
9)
Finalmente,
y en clara relación con la finalidad y tesis del texto, aparece la
función apelativa, con numerosos ejemplos a lo largo del texto
(10-11), pero sobre todo concentrada en la tesis final.
Pasando a
analizar los elementos de la
comunicación, nos detendremos en
primer lugar en las marcas que nos permiten observar la
presencia/ausencia del emisor y por tanto, la subjetividad/
objetividad del texto.
En las
primeras líneas del texto, donde, como ya hemos comentado, predomina
la exposición, se observa la presencia de marcas de
impersonalización
como:
Pasiva
refleja: “se recogían las conclusiones” (1), (…se traduce en
que…” (4)
Nominalizaciones:
“las conclusiones de una encuesta realizada a adolescentes sobre
la influencia…”, (1-2)
Estructuras
sintácticas impersonales: “resulta que a los jóvenes…” (3)
A pesar
de estas marcas, ya se ha señalado que en el
texto predomina la argumentación y en relación con ello el
texto propuesto está bastante modalizado, ya que en él se observa
la presencia del emisor, así como la aparición de actitudes y
opiniones de este.
Esta
fuerte modalización
se presenta a través de las siguientes marcas:
-
La primera persona singular en las formas verbales: Leía (l1),
con las que se manifiesta la presencia del emisor en el texto
-
El determinante posesivo de 1º persona singular “mi compañera”
(l1), “mi generación” (8), con el mismo objetivo.
-
El uso del plural inclusivo “todos sabemos” (l7), que
utiliza con el fin de involucrar al hablante
-
El plural exclusivo “si algo hemos aprendido”, con
el que se incluye en un conjunto al que no pertenece el lector
La
deíxis social,
que indica la posición social de los participantes, muestra en el
texto una relación de proximidad al
receptor al utilizar insistentemente la 2ª persona del singular
“te”. Aunque esta 2º persona tiene un valor impersonal, muestra
proximidad, confianza e informalidad en la relación con un lector
que puede verse identificado con las situaciones que plantea.
Otra de
las marcas que nos ayuda a observar la modalización del texto es la
presencia de abundante léxico
valorativo. Así, encontramos:
-
“borde, grosero, vago, egoísta, machista, violento” para
describir peyorativamente al tipo de chico
“difícil” que gusta a las jóvenes.
- “turbios, atormentados, misterioso, taciturno”
para describir los pequeños defectos vistos como virtudes por las
jóvenes
- “buen
chico”, “amigo eterno”,
para describir los rasgos que no atraen a las jóvenes.
-
oposiciones del tipo introspección /ser aburrido para mostrar como
se agravan sus “defectillos”
- sufijación
despectiva e irónica como “noviete” (6)
- Verbos que
muestran la progresión negativa “no cambia”, “se empeora”,
“acabará escapando”(12), “dejarán de hablarse” (13), “te
llevarás un berriche” (16), “acabará maltratándote” (22)
También
se aprecian marcas de cuantificación
en el uso de pronombres como “Nada nuevo”
(5) o adverbios como (“aún más feo” (10))
A ello
hay que añadir el uso de signos de
puntuación como
los puntos suspensivos (líneas 14 y 18), con
los que invita al lector a seguir imaginando;
o las comillas (“muestras de amor” (20), que dan un tono
claramente irónico a su afirmación.
Asimismo,
la autora hace uso de las figuras
literarias con el fin de mostrar
el significado valorativo negativo en metáforas como “…las
ranas, por mucho que las beses…” l.17
Por otro
lado, se observa la presencia de varias modalidades
oracionales: Por un lado, hay un claro
predominio de la modalidad enunciativa, tanto
afirmativa (“Leía el otro día un reportaje de…” 1), como
negativa (“Y en esto no hay excepciones” 9). Pero, como hemos
comentado al principio, en el texto aparece clara la exhortación del
emisor al receptor para que este siga su tesis, por lo que emplea la
modalidad exhortativa en ejemplos como “Asume que..” l.9 o “Y
por favor, dale puerta ya a ese imbécil” l.19.
Con todo
ello, observamos que en el texto aparecen manifestaciones de los tres
tipos de modalización del enunciado:
En primer
lugar, la modalidad epistémica, que consiste en el mayor o menor
conocimiento del autor sobre el asunto tratado y su grado de firmeza,
es la predominante en el texto y se manifiesta en enunciados
como “como todos sabemos, el ser amado es casi perfecto” (7) o en
el uso de la modalidad enunciativa en afirmaciones categóricas
(“Solo se empeora” l.9).
También
se manifiesta la modalidad valorativa,
con la que el autor realiza sus juicios de valor, en el
uso del léxico
valorativo, signos de puntuación, y figuras literarias comentadas
anteriormente.
Y, por
último, la presencia de la modalidad deóntica, por la que el autor
intenta influir en su receptor, es manifiesta a través
de la modalidad oracional exhortativa (ejemplos vistos anteriormente)
y en la presencia de proposiciones condicionales como las de las
líneas14-16
El análisis
del registro
idiomático empleado en el texto, esto es, del conjunto
de características lingüísticas que resultan de la adaptación del
uso de la lengua a una determinada situación comunicativa por parte
del emisor, nos lleva a afirmar que este
texto periodístico de opinión presenta las características propias
del canal escrito, lo que presupone cierta elaboración y
preparación. El tono empleado, aunque reviste la formalidad propia
de este tipo de textos, incluye en numerosas ocasiones rasgos de
informalidad. Ello está relacionado con la presencia de un registro
estándar, propio de este tipo de textos que se adaptan a las
exigencias normativas del idioma, pero que incluye abundantes rasgos
del nivel coloquial, como:
Uso
reiterativo de conectores coloquiales: “Pues bien”, que aparece
tres veces en 6 líneas, lo que muestra poca riqueza léxica.
Empleo
de diminutivos con un significado despectivo e irónico: “noviete”
l.6 o el mismo título “Defectillos”
Metáforas
populares: “en la vida real, las ranas, por mucho que las beses,
siguen siendo ranas” l.17
Uso de
los puntos suspensivos para invitar al lector a completar el resto
del enunciado, creando complicidad con este (líneas 14 y 18)
Expresiones
enfáticas: “Nada nuevo” (5), “Sólo se empeora” (9)
Frases
cortas de gran simplicidad sintáctica (líneas 8 y 9)
Abuso
del deíctico de 2ª persona para implicar al lector
Apelación
al oyente por medio de oraciones exhortativas: “Dale puerta ya a
ese imbécil”, o de vocativos (Pues bien, chicas” 8)
Elipsis:
“va a ser que no” (8)
También
encontramos algún rasgo del nivel vulgar como:
La
cohesión es la
propiedad del texto por el que cada enunciado se relaciona con los
demás mediante procedimientos léxico semánticos, gramaticales y
lógico-semánticos.
Centrándonos
en los primeros, los léxico-semánticos,
que garantizan la precisión y claridad necesarias para la
comprensión del texto, observamos los siguientes:
La
repetición léxica
de términos como “chico” (5, 10, 19…) y “control” (6, 7,
19) cuya recurrencia es fundamental para fijar el tema de las pautas
masculinas dentro de las parejas.
Otro
procedimiento al que recurre el emisor es el de la sinonimia,
que da mayor riqueza léxica a la repetición de palabras clave del
texto como “adolescentes” 2, “las jóvenes” 3, “niñas”
5, “chicas” 8.
Asimismo,
también recurre al procedimiento contrario, la antonimia,
en términos como “cambia”9 y “empeora” 9, fundamentales a
la hora de explicar la tesis de la autora de que las pautas
masculinas consideradas defectillos, en lugar de desaparecer, suelen
acabar convirtiéndose en verdaderos problemas.
Por
otro lado, en el texto aparecen varios campos
semánticos relacionados con la tipología
masculina. El primero de ellos es el de los chicos objeto de amor:
“los malos de las pelis”3, “los turbios, los atormentados, el
repetidor, ese juerguista, el noviete, el ser amado; por otro lado,
aparece el campo semántico de los rasgos negativos de
comportamiento del ser amado: aburrido 11, juerguista, ligón 12,
antipático 14, borde, grosero, vago, egoísta 17, machista,
violento, posesivo 21.
También
es un claro indicio de la cohesión del texto la presencia del campo
conceptual de las relaciones sentimentales
conflictivas: amor 4, noviete 6, controle 6, celos 7, se amado 7,
defectillo 8, te obliga 20, dueño 20, “muestras de amor” 20,
machista 21, violento 21, posesivo 21, maltratándote 22
Finalmente,
cabe comentar el uso de una figura literaria
como el paralelismo al enunciar diferentes situaciones con un mismo
final mediante tres estructuras condicionales, para otorgar mayor
cohesión en las líneas 14 y15.
Pasando
a hablar de los mecanismo gramaticales, que nos permiten por un lado
fijar el texto dentro del eje espacio-temporal, y por otro lado
evitar las repeticiones innecesarias, encontramos las siguientes
características:
-Diferentes
marcas de deíxis temporal:
Para
hacer referencia al texto del cual parten sus reflexiones utiliza
tanto el sintagma “el otro día”1, como el tiempo pretérito
imperfecto “leía”1, “recogían”2. En cambio, en la mayor
parte del texto se hace uso del presente atemporal para hacer más
generales sus reflexiones: a partir de la línea 2, con alguna
excepción como el uso del pasado reciente “hemos aprendido”8.
Finalmente, la tesis del texto recogida en el último párrafo se
formula a través de tiempos con valor de futuro hipotético: “te
pueden acabar llevando”21, se creerá”20.
En
cambio, el valor general de sus argumentos y deducciones explica la
ausencia de marcas deícticas espaciales.
Encontramos alguna referencia como “aquí” 9, pero su valor es
más bien metafórico.
El
procedimiento de cohesión gramatical más frecuente en el texto es
la anáfora, que
permite al emisor mantener un mismo referente y evitar la
repetición. Ejemplos de anáfora encontramos en:
*“a adolescentes sobre la influencia que sobre
ellos” 2
*El pronombre LO en diferentes líneas, haciendo
referencia al “noviete”. Ejemplo: línea 20
*”Seguirá
siéndolo” 18
*“que
tiene eso” 22
También
encontramos algún caso de catáfora:
“tenedlo claro: con el tiempo…”10 .Y de elipsis:
“…va a ser que no…” 8
Por último,
observamos que el texto también cuenta con diversos conectores,
es decir, con mecanismos lógico-sintácticos que permiten señalar
la relación entre las diferentes partes del texto. En este,
encontramos algunos ejemplos de conectores propios de la
argumentación como:
línea
2: conector que estructura las ideas con un valor consecutivo
línea
8: En este caso, introduce una operación discursiva: la
lematización, ya que equivale a “en lo que respecta a “
línea
10: este es un ejemplo de conector conclusivo, que estructura el
texto
Al fin
y al cabo: Conector que estructura las ideas con un valor causal
Y :
también aparece repetido varias veces a lo largo del texto: 9, 19
En fin:
Este conector, que aparece en la línea 16, puede ser interpretado
de tres formas distintas:
Reformulación,
por tanto, introduce una operación discursiva
Resumen,
estructura el texto
Conclusivo,
ídem
En
resumen, podemos comentar que el uso de conectores en el texto,
aunque abundante, tiene cierto carácter coloquial: poca precisión y
poca variedad.